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DESTRUIR A LA PERSONA: OBJETIVO DEL COMUNISMO

En el año 1848 se publicó el Manifiesto Comunista de Carlos Marx y Federico Engels. En el capítulo II puede leerse esto:

“Para vosotros, desde el momento en que el trabajo no pueda convertirse ya en capital, en dinero, en renta, en un poder social monopolizable; desde el momento en que la propiedad personal no pueda ya trocarse en propiedad burguesa, la persona no existe”.

Si invertimos la proposición, la formula, queda así: En el momento en que el trabajo puede convertirse en capital, en dinero, en renta, en un poder social monopolizable, la persona existe”.

O sea la persona, tal y como la concebimos en la sociedad actual, existe porque puede transformar su trabajo en dinero, ya sea a través de un salario, ya sea a través de negocios propios o grandes. A veces el asalariado se convierte en propietario de un negocio, en burgués, usando el lenguaje de Marx; o, viceversa, un burgués arruinado podría convertirse en asalariado, pero aun así puede seguir disponiendo de dinero.

Y disponer de dinero, ya sea por el dinero de un salario o de un negocio, una empresa, es lo que hace que esa persona pueda decidir. ES UNA PERSONA QUE DECIDE. No sólo decide que bienes materiales comprar, también decide los bienes espirituales a adquirir: qué libros, qué películas, a qué religión hacer donaciones o pagar diezmos, a qué partido apoyar, viajar a un sitio turístico o peregrinar a algún santuario: budista, cristiano, musulmán… o los que hubiere.

Bien, si, sí puede desaparecer esa persona que decide por sí misma en base al dinero que tiene. No suena precisamente paradisiaco, pues si unos tienen más dinero tendrán mayor margen de decisión que los que tienen menos. El mundo nunca ha sido perfecto. Pero aun así, los que tienen menos podrían luchar por tener más y así aumentar sus márgenes de decisión.

Para poder igualar la cantidad de dinero que reciben los seres humanos o los bienes materiales de los que dispone, es necesario que el ente dispensador del dinero no sea la lucha individual de cada quien, ni la libre competencia, es necesario que haya un orden, un poder por encima de todos, que sea el dispensador de los bienes.

A partir de 2017, con la Revolución Bolchevique, en Rusia, ese ente fue el Estado. Ah, pero el estado está conformado por hombres. Por muy amplio que sea el estado, quizás su número de funcionarios no rebase los cien mil. De esos cien mil, tendrá que haber una élite rectora de unos cien, digamos, sino sería un caos total.

Entonces, cien personas, serían los encargados de dispensar el dinero o los bienes a, digamos, 50 millones de ciudadanos. La voluntad de decisión de 50 millones supeditada a 100, o a 50, o a 10, o a uno solo, como sucedió con Stalin, Fidel Castro, Mao Tse Tung.

¿O no? Simplemente seguí la lógica del Manifiesto Comunista. Porque yo sí lo he leído.

Lo que está sucediendo en México no es un aparente enfrentamiento entre chairos y fifís, es cambiar al ente que decide la vida de todos. Es que un individuo no sea el decisor de su propia persona.

Los padres, tal vez en un futuro cercano, no podrán decidir si a sus hijos les imparten o no educación de género.

En México el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, en la “Documentación de la normatividad nacional e internacional relativa a la igualdad de género en la educación”, en el artículo 37, fracción IV, con respecto al acceso y pleno disfrute de los derechos sociales (entre éstos el derecho a la educación), señala la obligación de:

“Modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres”.

Ahí está la esencia de la cuestión “modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres”.

Al fin y al cabo, la narrativa, el asunto, el tema, sigue siendo el mismo planteado por Marx y Engels hace ya casi dos siglos; sólo que ellos hablaron de una revolución violenta, ahora se usan Lenín lo plantearon a través de una revolución violenta, ahora se usa movimientos

falsamente anti racistas como Black Lives Matter, LBGTTT, Antifa y otros parecidos.

Los herederos de Marx y Engels están más activos que nunca.


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